TE DOY MIS OJOS, una película en la que se ven reflejadas (por desgracia) demasiadas mujeres
Te doy mis ojos es una película en la que se aprecia de verdad los verdaderos problemas que puede llegar a tener una mujer maltratada y cuales son los síntomas que peculiarmente todas sufren, como puede ser el que la mujer realmente crea que cuando el maltratador, su marido, la dice cariñosamente que va ha cambiar, que no va volver ha suceder, innegablemente va ha volver a suceder, siempre caen, como si fuera tan fácil cambiar y aguantarse esa rabia que sienten cuando no coges el móvil, cuando hablas con alguien o un día te levantas con ganas y te apetece arreglarte un poco más que habitualmente. Esa es una de los muchos síntomas y escenas que pueden apreciar tanto en la película como en la realidad.
El filme es increíblemente real y te puede llegar a poner los pelos de punta. La protagonista aguanta, ama a su marido, aunque la humille y veje como mujer y persona. Increíblemente ella soporta lo que en su día su madre tuvo que soportar y los valores que su madre y la sociedad de su época la inculcaron e influyeron en ella al final se ven rotos.
Es increíble como tantas mujeres pueden sufrir tanto y aún así muchas de ellas seguir amando a esas personas. Aunque tampoco hay que olvidar a los hombres que son maltratados por sus parejas, siendo la minoría, se deben sentir peor, ya que según la sociedad son los hombres quienes mandan y las mujeres obedecen, y encontrarse en el caso contrario, esos hombres no hablan, se callan por miedo a que la gente se ría de ellos.
Pienso que en cualquier caso, se debería denunciar el maltrato y si pasa una vez, pensar en que volverá a pasar.
Siguiendo la línea del maltrato, hace poco se viene observando que cada vez son más los padres que denuncian a sus hijos por agresiones, amenazas y cosas por el estilo. Siendo esto verdad, la gente se pregunta porque esa agresividad hacia los padres, porque cada vez con edades más cortas. Estos padres se deben encontrar en un infierno en los que ellos son mandados y amenazados constantemente. Ellos se deberán sentir culpables y preguntarse que ha fallado en la educación que le han dado a sus hijos, si han sido ellos, si han sido las compañías de sus hijos las que lo influyen o de repente sale y aflora esa rebeldía sin avisar. No lo se, pero pienso que hacen bien en denunciarlo porque aunque sean sus hijos y les duela, se supone que es por su bien.